Mientras el maremoto de la corrupción Odebrecth sigue develando las redes de soborno y sus alcances en toda América Latina, en Colombia la clase política involucrada y las autoridades de la Justicia han hecho todo lo posible por ocultar el problema, claramente tratando de esconder sus manos llenas de mermelada extranjera.
En el Perú, por ejemplo, el expresidente Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia, fueron acusados de recibir tres millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht para las campañas presidenciales de 2006 y 2011. En consecuencia, el juez Richard Concepción Carhuancho, del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional, dictó 18 meses de prisión preventiva contra la pareja.
Por el contrario en Colombia, el Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez Neira, encargado de las investigaciones por las denuncias sobre el caso Odebrecht, tiene probado un conflicto de intereses en razón de sus conocidas relaciones de negocios con el Grupo Aval y la misma Odebrecht, y ocurren cosas tan paradójicas como la detención del jefe Anticorrupción de la Fiscalía Gustavo Moreno por, precisamente, corrupción, según reveló la agencia norteamericana de Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y la Corte del Distrito Sur de la Florida.
Moreno fue nombrado por el mismo Martínez Neira, a pesar de las advertencias de José Luis Barceló (presidente de la Corte Suprema de Justicia) sobre sus actitudes éticas, y la respuesta del Fiscal a este suceso tan nefasto para la política del país fue una frase de novela de amor y traición: “fue infiel a la confianza que se le brindó”. Evade el Fiscal su responsabilidad por omitir la información sobre Gustavo Moreno y sus sospechosos vínculos de corrupción, a lo que cabe preguntar, ¿la ausencia de Martínez Neira fue por dolor lumbar o el insoportable peso del elefante de la corrupción que no ha sabido enfrentar?
Para completar el absurdo, el Fiscal emprendió una cacería de brujas a quienes han denunciado constantemente a ese “club de la corruptela” que amenaza al país con un grado de impunidad indignante. Corre el riesgo Colombia de quedarse con una justicia a medias por culpa de las propias torpezas del Fiscal, quien enfocó su discusión no sobre los implicados del caso Odebrecht, sino sobre las denuncias de Jorge Robledo, senador del Polo Democrático Alternativo. El congresista ha sido una de las voces más críticas frente al actuar del Martínez Neira en el caso de Odebrecht, comprobando con múltiples argumentos los impedimentos del Fiscal para ser el encargado de dicha investigación.
La querella por injuria y calumnia del Fiscal contra Robledo pasa por encima del derecho constitucional al control político, transgrede la inviolabilidad con que cuentan los congresistas de Colombia en sus opiniones y en consecuencia devela el carácter antidemocrático de Martínez Neira. ¿Por qué no ha trabajado con el mismo ímpetu y celeridad para atrapar a los responsables de la corrupción Odebrecht?, ¿estrategia o negligencia?
Llama la atención que el mismo Fiscal retirara la querella, lo que indica que se pudo tratar de un intento por dilatar el proceso de investigación sobre el tema de corrupción. No hubo conciliación como algunos medios de comunicación quisieron mostrar y quedó claro que el senador Robledo no se retractó en ninguno de sus señalamientos contra Martínez Neira y sus impedimentos para el caso Odebrecht. Por el contrario, persistió en sus denuncias y dejó sentado: “No hay democracia en donde el Congreso puede ser aplastado, ese tipo de países donde se puede silenciar a los congresistas, son países que están o van por el rumbo de una dictadura”. Al final, la audiencia resultó en un triunfo democrático para los miles de colombianos que trabajan incasablemente contra la impunidad de la corrupción.
Son muchas las dudas sobre el accionar del Fiscal, quien sigue dejando que los peces gordos naden en el río de la corrupción sin mostrar rasgo de la más mínima vergüenza por todos los escándalos que se han revelado desde que está al frente de la Fiscalía General de la Nación.
¿Por qué no le ha explicado al país sus negocios con el mayor banquero de Colombia, Luis Carlos Sarmiento y con Odebrecht? ¿Por qué su insistencia en perseguir al senador Robledo y no a los corruptos?
No es posible que el organismo encargado de las investigaciones tenga por director a un contratista de Odebrecht ¿Por qué no renuncia el Fiscal Martínez? ¿A quién protege?¿Debajo de las enaguas de quién actúa?
Todos estos interrogantes conducen a una respuesta que tiene el sello de campaña presidencial de Vargas Lleras y la cercanía del Fiscal con el partido Cambio Radical. Es evidente que las actitudes de Martínez Neira han beneficiado a quienes quieren permanecer agazapados, tanto la Unidad Nacional como el Centro Democrático. No es posible que el organismo encargado de las investigaciones tenga por director a un contratista de Odebrecht ¿Por qué no renuncia el Fiscal Martínez? ¿A quién protege?¿Debajo de las enaguas de quién actúa?
Los colombianos no podemos continuar siendo cómplices de este crimen organizado que con dineros ilegales y transnacionales. Siguen los mismos repartiéndose el país. No se puede olvidar lo que pasó con Reficar y Saludcoop, es momento de manifestarse masivamente contra este sistema político descompuesto que gobierna para una minoría. Esta francachela que viene asaltando los recursos públicos y aumentado la desigualdad social que sólo será derrotada si todos nos unimos para decir no más Santos Ni Uribes, ¡estamos mamados de tanta corrupción!
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