La depresión y el suicidio

Hay que decirlo claramente, la depresión es una enfermedad mental que vuelve la vida de quien la padece en un total infierno y que incluso algunas veces mata; no es un capricho, no es sentirse triste, no es tener un bajón de ánimo, es una enfermedad mental que requiere tratamiento profesional de forma urgente.

En lo personal me duele saber que millones de personas (jóvenes especialmente) sufren de una fuerte depresión y se sienten poco respaldados por su propia familia, amigos y demás conocidos, están rodeados de ignorantes que no entienden la gravedad de dicha enfermedad y, por cosas así, es que vemos un gran porcentaje de suicidios en todo el mundo.

Según cifras de la OMS (Organización Mundial de la Salud) unas 300 millones de personas sufren de depresión en todo el mundo y la tendencia va en crecimiento, y la pregunta es: ¿cómo podemos frenar el crecimiento de dicha enfermedad?, la respuesta es algo incierta para muchos, y por desgracia esta es una enfermedad de la que poco se habla en los colegios, de la que poco se habla en las universidades y de la que muy poco se habla en los recintos en donde se manejan las políticas del país (en especial las políticas de salud) como lo es el Congreso de la República.

En la actualidad prácticamente ningún político colombiano habla de esta enfermedad, no hay políticas claras sobre la salud mental, hay una clara desconexión entre el ministerio de Salud del actual Gobierno de Iván Duque y la depresión, ¿esto cambiará algún día?, tal vez, pero solo si votamos bien y, sobretodo, haciendo más presión y alzando nuestra voz en la sociedad para que cada vez más y más gente tome conciencia sobre este tema que requiere toda la atención posible.

Pero no es solo la depresión, los trastornos mentales son muchos y millones de personas padecen otros distintos a la depresión a los que debemos ponerles mucho cuidado, como lo es la ansiedad, la bipolaridad y algo muy común entre nosotros: el estrés.

Yo tuve un fuerte trastorno de ansiedad generalizada que me amargaba la vida y me impedía llevar una rutina de vida normal, pero tengo claro que la depresión es mucho más grave y peligrosa, por eso hay que hablar de ella en detalle, hablar sobre sus síntomas, hablar sobre sus posibles soluciones, hay que tomar conciencia y acciones para poder superarla.

Hay que recordar que buscar ayuda profesional no es para «locos», hay personas que saben que necesitan ayuda pero les da vergüenza aceptarlo por temor a lo que digan los demás. No más tabúes con esto, la salud mental es primordial.

Tengo claro que muchas veces nuestra mente es nuestra peor enemiga.

Nadie puede estar bien consigo mismo si no tiene salud mental, de nada sirve tener un buen aspecto físico, tener dinero, amigos y una familia amorosa si no estamos bien con nuestro propio cerebro. Cuando se sufre de depresión la vida se vuelve un total infierno para quien la padece, la depresión no mira estrato o clase social, es una enfermedad que afecta a cualquier persona y por eso cada uno de nosotros debemos aportar un grano de arena para combatirla, y la mejor forma de combatirla es hablar de ella como lo que es: una enfermedad mental que mata, pero que TIENE SOLUCIÓN, y uno de los tantos caminos para buscar alguna solución es actuar, desde visibilizar esta problemática social hasta buscar ayuda profesional, pero lo peor que podemos hacer, es no hacer nada.

Ya no es tiempo de seguir callados con este tema, la depresión es como ese enemigo silencioso que está arruinando la vida de millones de personas en todo el mundo, y ya es hora de hacerla mucho más visible, ya que entre más hablemos de ella, más serán las opciones y estrategias que podemos tomar para combatirla, combatirla hasta vencerla.


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