¡A luchar por lo nuestro!

Era una noche cualquiera de 2018. El profesor de la Universidad de los Llanos David Mora se encontraba descansando en su cama muy tranquilamente, revisando los proyectos de acuerdo y de ley que eran radicados para su posterior debate, como es ya costumbre en él desde hace varios años cada vez que se abren sesiones ordinarias y extraordinarias del Concejo Municipal de Villavicencio y del Congreso de la República. Descubrió entonces que él alcalde de Villavicencio, Wilmar Barbosa, muy alegrón, tomó la determinación de privatizar el alumbrado público, creando una empresa mixta y dándole la mayoría de un negocio de 27 mil millones a un privado a “precio de huevo”, sin ninguna sustentación seria o estudios técnicos, lo que afectaría los bolsillos de los villavicenses.

Juan Felipe Harman, alcalde de Villavicencio, quien en ese momento se desempeñaba como concejal, atendió con diligencia las preocupaciones del profesor Mora, estudiando conjuntamente el tema de manera juiciosa y detallada en jornadas bastante arduas que podían dar hasta las 3 de la mañana. Fue un claro ejemplo de compromiso y esfuerzo para tumbar la privatización del alumbrado, que se iba a votar en los próximos días en plenaria del Concejo. David Mora hizo un llamado para que más personas se sumaran a este proceso y Alejandra, una excelente abogada, fue una de las personas que respondió y permitió dar la pelea en el campo jurídico.

Aunque la batalla se perdió en el Concejo, el 21 de febrero de 2019, día en que David Mora cumplía años, se logró presentar de manera coordinada una acción popular a su nombre. La primera victoria llegó entonces el 15 de mayo, el Juzgado Segundo Administrativo de Villavicencio emitió una medida cautelar, que ordenó al municipio suspender de manera provisional el Acuerdo N°368 del 29 de noviembre de 2018 y por tanto la privatización del alumbrado público.

En medio de la celebración, acompañada de un ron que tenía guardado Harman en su apartamento y unas cervezas bien frías, Martín, uno de los miembros del equipo, dijo: “Oigan muchachos, ¿a ustedes no les da miedo?”.  A todos les entró ese sentimiento de paranoia que recorre los huesos. Cayeron en cuenta del riesgo que enfrentaban por haber tumbado el negocio de más de UN BILLÓN de pesos a 20 años a uno de los hombres más ricos de Colombia, el señor William Vélez, y a uno de los alcaldes más politiqueros. Con sabiduría, el profesor David Mora replicó: “Tranquilos chicos que esto ya lo sabe la gente, quienes nos están acompañando y quienes hacen mantener nuestras convicciones firmes, y también lo saben los medios de comunicación que ya están publicando masivamente la noticia. Si pasa algo, la ciudad sabrá quienes son”.

En días posteriores al fallo del juzgado, empezaron a llegar al teléfono de David Mora todo tipo de mensajes y llamadas de intimidación, en muchos casos proponiéndole desistir la demanda por beneficios económicos, cargos o contratos, pero no cedió a las maquinarias clientelistas que han mal gobernado al país, ni cambió un ápice su opinión. 

No fue su primera pelea de ese tipo, lo sabe el alcalde de Fuente de Oro Antonio Londoño, quien quería también entregar a un privado el alumbrado público, y el nefasto alcalde de Granada Fredy Hernán Pérez, a quien derrotó en su intento de privatizar el espacio público con las zonas azules.  Antes, David también luchó contra la privatización de la educación en el paro nacional de la MANE de 2011, contra la reforma de Santos a la ley 30, en el paro nacional agropecuario de 2013 contra los TLC que arruinaron el aparato productivo nacional, apoyando incondicionalmente al magisterio colombiano y acompañando las luchas de los trabajadores y usuarios de hospitales públicos contra el modelo neoliberal de salud.

En un país donde la mayoría de los cargos de elección popular están ocupados por lambones del gobernante de turno, ignorantes y negociantes de la esperanza popular, David Mora sería una voz en la Cámara que representará por primera vez los intereses de los y las metenses y que haría lo que una persona decente y valiente deba hacer: luchar. Por ello el domingo 13 de marzo hay que votar masivamente en las urnas del Meta por Coalición Centro Esperanza número 102.


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