Bogotá, como ninguna otra ciudad, estará mejor preparada —¿pero lo suficiente?— para uno de los ejercicios colectivos más importantes del país. Atendiendo por fin las recomendaciones de expertos y el camino trazado por la alcaldesa de Bogotá, el presidente Iván Duque acaba de anunciar en alocución presidencial una cuarentena nacional desde este martes 24 de marzo y por 19 días para intentar frenar la veloz expansión del Coronavirus COVID-19 en el país. Una medida que parece acertada pero que deja muchas dudas.
«Ha sido una decisión pausada y estructurada, de la mano de expertos. Para proteger también a los más vulnerables», aseguró el jefe de Estado. El anuncio del mandatario surge tras la petición de diversas organizaciones de salud a tomar medidas necesarias para afrontar la compleja situación generada por la infección del COVID-19, entre esas, la cuarentena, y después de varios mandatarios locales y regionales tomaran la delantera en las medidas preventivas a pesar de la pasividad del presidente.
Existe un interrogante que Bogotá está empezando a estudiar con el simulacro de estos días: ¿cómo se atenderá a la población que vive del diario, que vive en la calle o que por diversas razones será más vulnerable al impacto económico de la cuarentena? Además, poco se ha dicho de cómo se garantizará un ingreso decente a todos los colombianos para que no haya un gran problema de demanda que deje al país aún más vulnerable, pues es evidente que Colombia padece serios problemas económicos debido a la dependencia del capital extranjero y la profundización de la desigualdad como consecuencia del modelo neoliberal. La mesada adicional de Familias en Acción y los programas de vejez del gobierno central anunciados por Duque no parecen suficientes.
Nota
Durante la cuarentena seguirán abiertos los supermercados y farmacias, ¡qué no cunda el pánico!
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