Santos, gracias por dejarnos acabar con su arroz: Mike Pence, Vicepresidente de EE.UU.

Hace 2 años, la entonces Ministra de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, Cecilia Álvarez -hoy señalada por la corrupción de Odebrecht- atacó a los arroceros en un artículo con la falacia de que la protección de este esencial cultivo genera el «enriquecimiento de unos cuantos a costa del empobrecimiento de la mayoría».

El mencionado artículo parece escrito por el ministro de Comercio de los Estados Unidos y desconoce la realidad de la producción del arroz en Colombia. Los arroceros todos los días se esfuerzan por reducir costos de producción, luchando contra insumos, combustibles y créditos extremadamente caros, la especulación de los intermediarios, el efecto de la devaluación del peso sobre el valor de las importaciones, el contrabando y la pésima infraestructura y logística nacionales.

¿Será que no quieren que haya agro en Colombia? ¿Les va bien a quienes gobiernan mientras campesinos y empresarios agrícolas se quiebran?

La política pública hacia el campo, y particularmente hacia el arroz, llevó a competir al país contra la producción subsidiada de EE.UU. y Europa, dejando ya en 2016 -a pocos años de firmados los TLC-  importaciones de arroz por 332 mil toneladas, 6,4 veces más que en 2011.

«Iragorri nos dijo produzcan y nos montamos al plan. En diciembre de 2016 había producción suficiente hasta la nueva cosecha que se está recogiendo ahora, pero en enero y luego en junio autorizaron la importación de cerca de 90.000 nuevas toneladas» afirma Eudoro Álvarez‏, presidente de AGAMETA1. Así, la producción nacional resultó perjudicada por el aumento de la importación, que en un mercado de expectativa, presionó a la baja el precio del arroz. Hoy, los arroceros reciben $30.000 pesos menos por carga de 125 Kg (en el Meta) respecto a lo que recibían el año pasado, lo que nos les permite tener una actividad empresarial rentable. Dependiendo del lugar, las pérdidas por hectária cultivada rondan entre 1 y 2 millones de pesos, con lo están en riesgo de quiebra más de 500.000 familias en 210 municipios.

Hoy, Mike Pence -vicepresidente de la potencia agrícola basada en subsidios que es EE.UU.- agradece a Santos por dejar entrar el arroz de su país a Colombia, al tiempo que desde hace meses los arroceros colombianos vienen anunciando su quiebra. Las movilizaciones de estos días empezaron en junio pasado, cuando cerca de 3.000 arroceros (de Meta, Huila, Tolima, Sucre, Arauca, el Caribe, Casanare y Norte de Santander) pararon contra los incumplimientos del Ministerio de Agricultura y la caída del precio del producto generada por la importación.

En 2018 todo pinta peor: se profundiza el TLC -con aumento del cupo de importación con 0 arancel y reducción del arancel para el resto de importaciones-, y se viene la privatización de los distritos de riego y la implementación de las Zidres. Más pronto que tarde, como con la leche, veremos el arroz botado en las carreteras.

1) Eudoro es Ingeniero Agrónomo, miembro del Comité Ejecutivo de Dignidad Agropecuaria por parte de Dignidad Arrocera, y presidente de Asociación de Agricultores y Ganaderos del Meta -AGAMETA


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