Peñalosa y la seguridad, como el que encontró a su esposa con el amante y vendió el sofá

Así de absurdo es el decreto anunciado el día de ayer por el alcalde más impopular de Colombia. La decisión fue tomada justo cuando la inseguridad se sale de control, el proceso de Revocatoria de su mandato se presta a continuar en el Consejo Nacional Electoral y las elecciones al Congreso presionan a los padrinos políticos de Peñalosa. Consiste en restringir la libre locomoción en motocicleta con pasajero hombre.

Reacciones de los bogotanos

Ver más en Reacciones de los ciudadanos ante la medida #MotoSinParrillero de Peñalosa

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Contexto

Los reclamos de los bogotanos por la creciente inseguridad ciudadana, el aumento del hurto y otras modalidades de crimen, son más que legítimos y corresponden a la percepción de una realidad muy lamentable.

Según la encuesta de Bogotá Cómo Vamos, de 45% en 2016 a 54% en 2017 pasó la percepción de inseguridad, reflejo de un aumento de flagelos como hurto a personas (+13% en 2017), hurto de celulares, hurto a motos, hurto a residencias y hurto a comercios.

De nada han servido los intentos de la administración por ocultar las verdaderas cifras de inseguridad, que llegan en algunos casos a ser tres veces peor de lo que muestra la Secretaría de Seguridad (ver Cifras de Peñalosa sobre seguridad no cuadran con las de la Fiscalía).

Ahora, ¿qué tienen que ver las motocicletas en este tema? En primer lugar, las propias cifras de la administración muestran que apenas el 5% de los robos denunciados en 2017 fueron cometidos por el pasajero -parrillero- de una moto, mientras que en el 75% de los casos el responsable se encontraba caminando. Analizando estas cifras algunos moteros han expresado: “Bajo la lógica de Peñalosa se debería prohibir que la gente camine en el espacio público”.

Adicionalmente, sólo el 0,3% de las motos que circulan en Bogotá son usadas para cometer delitos, ¿qué hace el restante 99,7%? De los 750.000 viajes que se realizan al día en este medio de transporte, el 93% los hacen personas de estratos 1, 2 y 3, que se movilizan a sus lugares de trabajo o estudio o que las usan para trabajar.

Además de su conveniencia, las motos junto a la bicicleta y los automóviles se han popularizado en Bogotá porque el sistema masivo de transporte centrado en TransMilenio ha fracasado (por lento, incómodo e inseguro, ver más en Las perlas de Santos y Peñalosa sobre la movilidad de Bogotá) y porque además es extremadamente costoso (personas estratos 1 y 2 gastan promedio 20% de ingresos en el transporte público). Entre 2011 y 2015 los viajes en moto se duplicaron (343.505 a 699.277) y de 2004 a 2014 la cantidad de motos aumentó en un ¡900 %!

Las medidas de los gobernantes de turno a las que se suma esta nueva, han sido paliativas y no de fondo. A los propietarios de motocicletas los han castigado con aumentos exagerados en el valor del SOAT y con un exorbitante IVA de 19% que dejó a las motos nuevas con un impuesto total de 27%.

¿Sirven este tipo de medidas?

Como se dijo, sólo 5% de hurtos en Bogotá están relacionados con pasajeros en moto, por lo que suponiendo que la medida funcionara, sería algo marginal. Ahora, en las ciudades donde se han aplicado estas medidas, como Cali, los hurtos han aumentado (31% en ese caso para hurto a personas y 58% el hurto de celulares). El mismo Peñalosa lo reconocía:

Pero no sólo no sirve, sino que es ilegal. El Tribunal Administrativo de Antioquia, con fundamento en pronunciamientos de la Corte Constitucional y el Consejo de Estado, tumbó la misma medida en Medellín porque es desproporcionada, viola el derecho fundamental a la libre circulación y “no recae específicamente contra el perturbador del orden público, sino que afecta derechos de quienes ejercen legalmente sus libertades”.

Como bien señala el concejal Juan Carlos Flórez, durante un año Peñalosa se dedicó a decir que la inseguridad en Bogotá era un invento de sus críticos y ahora que la realidad supera su capacidad de engaño, no sabe qué hacer.

La oposición a esta medida no sólo viene de los moteros, de concejales de Bogotá y de la ciudadanía general, la Cámara Automotriz de la ANDI expresó su oposición a través de su directora Juliana Rico en La W, además de decir que la medida ha sido inconsulta.

Es de recordar que las facultades del Alcalde para restringir la circulación y asumir funciones policivas no son absolutas sino que están regidas por expresos límites, entre ellos la no discriminación.

Peñalosa al tomar esta medida generaliza comportamientos de ciertos sectores, estigmatiza a los motociclistas e impone una medida que los discrimina, ante todo porque sin evidencia real sobre la correlación entre el número de parrilleros hombres y el número de delitos cometidos usando este medio, se limita su libertad.

¿Qué deben hacer los motociclistas?

El equipo de El Chapín prensa estuvo anoche en la concentración que tuvo lugar en la bahía del Coliseo El Campín. Fue grato ver que hayan sacado corriendo a  los políticos amigos del Alcalde y el gobierno que intentaron colarse en la misma.

Saludamos el ánimo de movilización y manifestación que nació entre los moteros, así como su propósito de hacerlo de manera pacífica y acorde a la ley. Y especialmente, aplaudimos la reiterada disposición de colaborar -como han venido haciendo con sus redes de apoyo existentes- a las autoridades para combatir el uso de motocicletas en hurtos y otros delitos.

Por otro lado, acompañamos el clamor de varios moteros por la salida de Peñalosa. Esperamos que se sumen al entre 80% y 90% de bogotanos que no ven con buenos ojos al Alcalde y que quieren poder ir a las urnas para como es su derecho revocarlo.


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